¿LA FUENTE DE LA ETERNA JUVENTUD?

Una investigación, publicada en la revista científica Nature Communications, asegura que la menor producción de una determinada molécula del ácido ribonucleico (ARN), llamada Zeb2-NAT, permite que las células más envejecidas puedan retroceder en el tiempo.

La noticia es toda una revelación para la ciencia regenerativa. Nunca se pensó que que la reprogramación fuese un proceso compatible con las células.

El bioquímico Bruno Bernardes de Jesus, uno de los responsables del grupo investigador, formado íntegramente por científicos lusos, explicó que descubrieron que la edad de las células constituía una "barrera" que limitaba su reprogramación.

Esto viene a decir que las células adultas no podían convertirse "en células pluripotentes inducidas", es decir, manipuladas para transformarse en cualquier tipo de tejido del organismo: "Al disminuir los niveles del Zeb2-NAT en el ARN, pudimos saltar esa barrera", destacó. El Zeb2-NAT es un gen no-codificante, por lo que no puede convertirse en proteína, y su función, dijo, es "regular los niveles de la proteína Zeb2". Tanto el Zeb2 como el Zeb2-NAT participan en la transición epitelial-mesenquimal, un proceso "necesario" para la reprogramación celular.

Se observó que a medida que aumentaba la edad celular, aumentaban los niveles del gen. Por lo tanto, decidieron inhibir su proliferación para transformar las células en pluripotentes. "Para testar nuestra hipótesis, disminuimos los niveles del Zeb2-NAT en fibroblastos -un tipo de célula- envejecidos de piel de ratón", comentó.

Para llevar a cabo la investigación, retomaron una exploración iniciada por el japonés Shinya Yamanaka (premio Nobel de Fisiología y Medicina en 2012).  La experimentación iniciada en 2014 fue un éxito y consiguieron reprogramar células de avanzada edad en unidades con apariencia de jóvenes.

Este descubrimiento marca el inicio de una revelación que actualmente puede parecer de ciencia-ficción, pero que con el tiempo podría cambiar el devenir de la medicina regenerativa.

"El primer paso será encontrar un paralelismo para la condición humana ya que nuestro estudio se probó con células de rata", apuntó.

Estas células inducidas artificialmente podrían curar enfermedades vinculadas al envejecimiento, ya que sería posible regenerar el tejido de aquellas partes del organismo afectadas. Todo esto sería posible si se pudieran aplicar los resultados más allá de la experimentación científica.

Pero el bioquímico Bernardes de Jesus se muestra cauto: "Nuestro descubrimiento permite optimizar los actuales protocolos de reprogramación celular pero el uso de las células obtenidas en la medicina regenerativa será el objetivo de otros compañeros".

Fuentes: El País, Publimetro

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